Alejandra Uraga, además de ser comunicóloga, a sus 35 años es empresaria y lidera su propia agencia de comunicación. Pero más allá de su éxito profesional, Alejandra valora profundamente su rol como madre, que asumió por primera vez a la edad de 22 años, justo después de terminar su carrera. Desde entonces, ser madre ha sido uno de los mayores impulsos en su vida, proporcionándole la motivación necesaria para seguir adelante y alcanzar sus sueños.
Maternidad y emprendimiento
Convertirse en madre a los 22 años fue un cambio radical para Alejandra. Su primera hija, Mía, nació cuando apenas había concluido sus estudios universitarios. Esta experiencia cambió su vida personal e influyó en su trayectoria profesional. A pesar de los desafíos, Alejandra ha demostrado que la maternidad y la carrera profesional no solo son compatibles, sino que pueden potenciarse mutuamente.
Lecciones aprendidas
La llegada de su segundo hijo, Massimo, quien ahora tiene un año y medio, reafirmó su creencia en que no hay una forma única de experimentar la maternidad. Alejandra ha aprendido que cada experiencia maternal es única, y que el equilibrio entre la vida familiar y profesional es posible con determinación y apoyo. Su principal lección es que uno no tiene que sacrificar sus sueños por la maternidad; en cambio, ambos aspectos de la vida pueden enriquecerse mutuamente.
Mensaje para sus hijos
“Espero que todo lo que ellos están viendo, se vea reflejado en ellos para un futuro. Que vean esa lucha y ese esfuerzo que todas las mamás hacemos todos los días”.
Lo estás haciendo bien
Para todas las madres envía un mensaje poderoso “Mamás, lo están haciendo bien, aunque la maternidad sea algo difícil y muy retador, cualquier cosa que se presente lo haces bien”.
Para Alejandra, el camino no siempre ha sido fácil, pero la recompensa de ver a sus hijos crecer en un entorno donde se valoran tanto la perseverancia como la realización personal es inmensa. Su historia inspira a otras madres que buscan equilibrar la maternidad con sus aspiraciones profesionales.