Valle de Bravo: Un destino de encanto y tradiciones

La Parroquia de San Francisco de Asís, cuya construcción comenzó en 1880. Aún conserva una torre del siglo XVI y un campanario de cantera. Esta iglesia destaca por su sencillez, característica de las construcciones franciscanas, y resguarda obras escultóricas del siglo XVII.

Cada mes de octubre, la parroquia celebra una fiesta en honor a su santo. Está celebración incluye danzas de concheros y moros, mojigangas, fuegos artificiales y una gran fiesta en el jardín central.

Es una hermosa reserva natural que alberga una cascada de 35 metros de altura. Si decides andar el sendero cuesta abajo, podrás llegar hasta su desembocadura en el lago de Valle de Bravo.

Cuenta la leyenda que una bella mujer estaba por contraer nupcias, pero él nunca llegó al altar. En un acto de profundo dolor y vergüenza, ella se lanzó por el despeñadero de la cascada. Desde entonces, la localidad comenzó a llamarle Velo de Novia.

El parque se encuentra a tan sólo 20 minutos en automóvil desde el embarcadero municipal. Es ideal para una caminata, paseo a caballo, rapel en cascada o para disfrutar de un pícnic en familia o entre amigos. El parque cuenta con servicio de asadores, estacionamiento, cabañas, renta de caballos, miradores, venta de artesanías y antojitos. 

Construido en 1984, el Mercado de Artesanías de Valle de Bravo tiene como objetivo proteger y difundir el trabajo artesanal del Pueblo Mágico. 

Aquí encontrarás artesanías de la región y de toda la República. Las más típicas son la cerámica de barro vidriado, hierro forjado, tejidos hechos por los indígenas mazahuas, bordados y los deshilados, cerámica de alta temperatura y cestería de ocoxal.

No puedes irte de Valle de Bravo sin un recuerdo de un viaje único y divertido. Después de haber pasado un día en el lago, explorando, tomando fotografías y disfrutando de la naturaleza, ve al mercado de artesanías y sorpréndete con el trabajo de los artesanos.