En Metepec el barro es mucho más que un simple material; es la esencia de una tradición que ha pasado de generación en generación. En el taller de la familia Castillo, el barro llega en su forma más pura, pero gracias a un proceso que combina técnica y pasión, se transforma en obras de arte únicas. Asael, heredero de cinco generaciones de artesanos, muele y mezcla el barro con agua hasta obtener la consistencia perfecta para esculpir. Con sus manos, moldea desde cazuelas tradicionales hasta majestuosos árboles de la vida.
Crear una pieza, incluso tan pequeña como una catrina de 10 centímetros, puede llevar hasta quince días. Cada etapa del proceso, desde el secado hasta la cocción y la pintura, es un acto de dedicación profunda. Asael ve cada pincelada como un “brote de inspiración”, donde el arte y el alma se entrelazan.
La Magia de Artcraft
Asael decidió reinventar su taller familiar, dándole vida a Artcraft, hace doce años. Aprovechó el auge de las redes sociales para mostrar su trabajo a un público más amplio, asegurando el crecimiento de su negocio. La adaptación al mundo digital permitió a Asael y su equipo ganar mayor reconocimiento y estabilidad.
Además de producir artesanías, Asael se ha dedicado a enseñar el arte de modelar barro. Su taller es un lugar donde la tradición se preserva y se transmite, invitando a otros a participar en la creación. La misión es clara: dignificar y preservar la artesanía mexicana.
Lo que distingue a Artcraft es la singularidad de sus piezas. Asael se enfoca en la creación de obras únicas, muchas veces basadas en las solicitudes de sus clientes. Ha creado desde las catrinas tradicionales hasta figuras personalizadas que cuentan toda una historia de vida a través de un laborioso árbol de la vida. Su trabajo ha sido tan apreciado que algunas piezas forman parte del acervo de museos. Tal es el caso del Fomento Cultural Banamex e incluso colecciones privadas como la del mismo Papa Francisco.
El valor del arte
Asael también hace un llamado a sus colegas artesanos a valorar su tiempo y esfuerzo invertidos en cada pieza. El proceso de creación no tiene un tiempo fijo; algunas piezas requieren semanas o meses para completarse. Al dignificar su trabajo, los artesanos pueden competir con la producción en serie que se importa desde otros países.
El taller de Asael Castillo es un espacio donde la tradición y la innovación se encuentran. Asael y su familia han logrado mantener viva una herencia cultural mientras se adaptan a los tiempos modernos. En cada pieza creada, se expresa la historia, la emoción y el amor. En Artcraft se preocupan por una tradición que sigue evolucionando, moldeando el futuro del arte popular mexicano.